Hace
poco se alargó el postnatal en Chile a 24 semanas. Muchos hablan de 6
meses, pero en verdad son 5 y medio. Y sabemos que se hace bastante
difícil mantener la lactancia exclusiva hasta los 6 meses cuando tienes
que volver antes a trabajar, especialmente porque ya no puedes seguir la recomendación de "a demanda".
Además, a los 6 meses los bebés "pueden" comenzar a comer otras cosas, pero no todos los niños están listos, ni todos los niños lo aceptan.
Además, a los 6 meses los bebés "pueden" comenzar a comer otras cosas, pero no todos los niños están listos, ni todos los niños lo aceptan.
En nuestro caso, sumando postnatal y vacaciones, además de un jefe al
que le agradezco haberme dado bastante libertad (en parte porque su hijo
había sido amamantado hasta los 3 años y él era fan de la lactancia),
volví a trabajar dos semanas después de cumplir los 6 meses. Dos semanas
antes mi hijo había comenzado a “comer” un poco, pero como usamos baby
led weaning, básicamente jugueteaba un poco con la comida y probaba
sabores. La leche seguía siendo algo así como el 98% de su alimentación.
En mi trabajo, como en la mayoría, no tenía un lugar privado y limpio
para extraerme leche. Comparto oficina con 4 hombres, y el baño no me
parecía una opción higiénica. Por suerte la secretaria, que si tenía
oficina sola, se ofreció para que yo “me encerrara” con ella mientras me
extraía. Mis compañeros de trabajo (90% hombres) solidarizaron,
comprometiéndose a golpear la puerta siempre que necesitaran algo de la
secretaria, y nunca nadie reclamó porque estuviera cerrado con llave.
Cada 3 horas, yo me encerraba media hora a extraerme. Y con eso dejaba
la leche que mi duendito se tomaba al día siguiente. El tiempo que
estábamos juntos, desde que yo llegaba en la tarde hasta que me iba
después del desayuno, e incluyendo toda la noche ya que dormimos juntos,
era “bar abierto”. Totalmente a libre demanda. Cuando a veces
necesitaba leer algo en casa, la siesta agarrado a la teta era el
momento ideal (como en la foto jeje).
Así pasamos un año, hasta que
las cosas se complicaron. Llegó más gente al trabajo por una expansión
del departamento, y ya ni siquiera la secretaria tenía oficina sola.
Además, duendito nunca quería leche de varios días, ni menos congelada,
así que cada día había que cumplir la meta de lo que se tomaba. Con la
tensión de andar buscando oficina libre, y muchas veces teniendo que
cambiar de oficina en medio de la extracción, me salía cada vez menos
leche (con el sacaleches, porque cuando él tomaba seguía saliendo como
siempre). El fin de semana tenía que mandarlo a pasear con el papá
mientras yo me sacaba la leche para el lunes. Con año y medio, ya él
comenzaba a pedir que mamá también los acompañara en el paseo. Y yo
también tenía ganas de acompañarlos, cuando llegaban contándome sus
“aventuras” en un bosque cercano a la casa.
Así que decidimos que ya era tiempo de despedirse del sacaleches. Yo no quería perderme esos momentos de fin de semana por un sólo biberón de mi leche que tomaba al día, sabiendo que todo el tiempo que estábamos juntos podía "ponerse al día" y tomar lo que le faltaba. Además, ahora que ya comía de todo, muchas veces ni siquiera se tomaba toda la leche que me sacaba, y como ya la habíamos calentado, se terminaba botando (cuando no alcanzaba a convertirla en flan de vainilla con agar agar).
Así que decidimos que ya era tiempo de despedirse del sacaleches. Yo no quería perderme esos momentos de fin de semana por un sólo biberón de mi leche que tomaba al día, sabiendo que todo el tiempo que estábamos juntos podía "ponerse al día" y tomar lo que le faltaba. Además, ahora que ya comía de todo, muchas veces ni siquiera se tomaba toda la leche que me sacaba, y como ya la habíamos calentado, se terminaba botando (cuando no alcanzaba a convertirla en flan de vainilla con agar agar).
Desde el año y medio pasamos a lactancia mixta. Mientras yo no estoy come sus comidas, y una leche de fórmula a media tarde (la que a veces se toma y a veces no. Nadie lo obliga porque sabemos que con mi leche tiene suficiente). Apenas llego a casa se abre nuevamente la libre demanda hasta la mañana siguiente.
Así ha pasado otro año. Épocas de tomar mucho, épocas de tomar poco. Y ya en unos días cumple 2 y medio. Las tomas se han ido reduciendo paulatinamente, y cada vez despierta menos para pedir lechita (actualmente 1 o 2 veces por noche). Y la única que no perdona nunca es la toma para dormirse.
Esperamos llegar a un destete natural, cuando él lo decida. Por ahora, disfrutamos de esos momentos, bien abrazaditos, y de esos ojitos que me miran con un brillo especial mientras toma.
Amamantar y trabajar. Si, es posible!
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