martes, 24 de mayo de 2016

Castigados por ser humanos

"Muy a menudo, los niños son castigados por ser humanos. No se les permite tener mal humor, un mal día, un tono irrespetuoso, o una mala actitud. Sin embargo, nosotros los adultos los tenemos todo el tiempo. Ninguno de nosotros es perfecto. Debemos dejar de pensar que nuestros hijos tienen que alcanzar un nivel de perfección mayor al que nosotros mismos podemos alcanzar."

Muchos padres comprenden el significado de esta cita, es decir, que los niños no son perfectos y que muchas veces esperamos de ellos un mejor comportamiento y más auto control del que incluso nosotros, como adultos, podemos demostrar. Estos padres han expresado estar de acuerdo, de corazón, y han reconocido que ellos también han sido culpables de exigir a sus hijos un estándar más alto del que ellos mismos pueden sostener.
Sin embargo, hay muchos otros que han entendido mal, interpretando esta frase como que no hay que responsabilizar a los niños por sus propias conductas y que deberíamos ignorar toda falta de respeto o malas actitudes, lo cual obviamente no es lo que se sugiere, en absoluto.

Para darle contexto a esta cita, esto es lo que dice Rebecca Eanes (fundadora de positive-parents.org) en su libro justo después: “Por supuesto, no estoy diciendo que siempre los dejen salirse con la suya sólo porque son humanos. Enséñenles mejor! Enséñenles que no es bueno proyectar su mal humor sobre quienes te rodean. Enséñenles a manejar la frustración, rabia, miedo, tristeza o desilución. Enséñenles que no es aceptable ser grosero con la gente. Encamínenlos hacia un estándar mayor! Pero por favor, encamínense ustedes a eso, también.
No proyecten su mal humor. Aprendan a manejar su frustración, rabia, miedo, tristeza o desilución. No sean irrespetuosos con ellos. Todos necesitamos altos estándares, y ¿saben qué más necesitamos todos? Un poco de comprensión. Ustedes lo saben, a veces tienen un mal día y dicen algo que no es agradable, o dan un portazo, o gritan a sus hijos. No somos robots. A veces la vida es simplemente difícil, y necesitamos un descanso, no un sermón. Necesitamos un abrazo, no una mirada desdeñosa. Sabemos que actuamos mal, pero estamos teniendo un momento difícil. Sólo necesitamos comprensión. Lo mismo ocurre con nuestros hijos.”

Aquí hay un buen ejercicio:
Escúchate a ti mismo y a otros adultos en casa hoy y fíjate si algo de lo que dicen o hacen haría que los regañen si fueran un niño.
¿Ignoraste a tu hijo mientras te hablaba?
¿Le gritaste a alguien?
¿Hablaste con tono irrespetuoso?
¿Lo hizo tu pareja?
¿Diste algún portazo?
¿Pusiste los ojos en blanco?
¿Resoplaste ante la solicitud de alguien?
Es un ejercicio para abrir los ojos, porque nos damos cuenta de que la mayoría de nosotros hacemos al menos una cosa por la que regañaríamos a un niño si la hiciera. Tenemos nuestros motivos, por supuesto. Estamos estresados por el trabajo, faltos de sueño por el bebé, enfermos, adoloridos, hormonales... Somos buenas personas que intentamos dar lo mejor, pero a veces nos equivocamos. Tendemos a mirar las razones detrás de nuestro propio comportamiento y nos damos a nosotros mismos un poco de comprensión por los errores que cometemos. Pero cuando un niño lo hace, no miramos las razones detrás. Lo vemos como un malcriado o desobediente, y nos saltamos directamente a la corrección. Está bien para nosotros ser humanos, pero esperamos algo mejor de nuestros hijos, y eso no es justo.

Si yo no puedo mantener mi temperamento bajo control en todo momento, no espero que mis hijos tengan un control emocional perfecto. Si no puedo controlar mi tono y hablar con voz amable siempre, ¿cómo puedo esperar que mis pequeños manejen esto?
Esperamos que pequeños niños, con sus cerebros todavía en desarrollo y su limitada experiencia de vida, se comporten mejor que hombres y mujeres adultos. Y si no me creen, escuchen el próximo debate presidencial o pasen algún tiempo mirando las noticias en los medios sociales.

Estoy totalmente a favor de altos estándares. Creo que debemos esperar que nuestros hijos sean amables, atentos y que tengan buenos modales. Pero creo que nosotros también debemos estar a la altura de nuestras expectativas.

Es, por supuesto, extremadamente importante enseñar a nuestros hijos que nunca es bueno ser grosero o irrespetuoso. Los niños, y todos los seres humanos, deben ser responsables de sus acciones. No corregir a nuestros hijos cuando necesitan corrección es permisividad, y eso no es crianza positiva. No es crianza en absoluto. Ellos deben aprender a hacerlo mejor, y nosoros tenemos que hacerlo mejor, colectivamente, también. Nosotros, los adultos, debemos ser el ejemplo para un estándar alto y abrir el camino. También hay que recordar, sin embargo, que a veces la compasión es el mejor maestro. A veces, la comprensión es la solución.

Soy una buena persona, pero también sé que yo soy imperfecto. Soy un ser humano imperfecto que a veces se equivoca a pesar de los mejores esfuerzos, y sé que mis pequeños seres humanos imperfectos van a meter la pata, también. Eso no hace que sus malas decisiones estén "bien", pero las hace comprensibles y nos da a todos la oportunidad de crecer y mejorar. A veces, la corrección es absolutamente necesaria para estar seguros. Y a veces, sólo necesitamos un poco de comprensión.


Traducido de http://www.creativechild.com/articles/view/punishing-children-for-being-human

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