lunes, 15 de septiembre de 2014

El hierro y la lactancia


Por Carlos Gonzalez

La leche materna es pobre en hierro, pero ese hierro se absorbe muy bien, mejor que el de cualquier otro alimento. La de vaca también es pobre en hierro, que además se absorbe muy mal. Y la leche de todos los mamíferos que se han analizado es pobre en hierro. Cuando a una madre se le dan suplementos de hierro, la cantidad de hierro en su leche no aumenta. Lo cual resulta muy llamativo, porque si a esa misma madre le damos una aspirina, la cantidad de aspirina en su leche sí que aumenta. Existe, al parecer, un mecanismo biológico que impide, activamente, que en la leche haya demasiado hierro. ¿Será que el exceso de hierro no es bueno para las crías? Se dice (pero no hay pruebas, que yo sepa) que el exceso de hierro en el tubo digestivo del bebé podría facilitar la diarrea, porque varios de los microbios malos que producen diarrea necesitan mucho hierro para vivir, mientras que los microbios buenos, los lactobacilos que forman la flora digestiva de los niños de pecho, pueden vivir con muy poco hierro. En un par de estudios, los niños sanos, sin anemia, a los que se daban suplementos preventivos de hierro, al cumplir el año pesaban y medían un poco menos que los del grupo control, sin suplementos de hierro. Parece que darle mucho hierro a un bebé que no lo necesita no es del todo inocuo, y tal vez convendría evitarlo (estoy hablando de los que no lo necesitan. Si su hijo tiene anemia y le han mandado hierro, por supuesto que se lo tiene que dar).

Y si la leche tiene poco hierro, ¿por qué no tienen anemia todos los bebés, desde que nacen? ¿De dónde sacan el hierro? No lo sacan de ningún sitio; los niños ya nacen con depósitos de hierro.

El hierro forma parte de la hemoglobina, la molécula que transporta el oxígeno por la sangre. El feto toma el oxígeno de la sangre de la madre, a través de la placenta. Imagine la placenta como una red, a uno y otro lado dos equipos juegan a pasarse la pelota. El que se queda la pelota gana. Pero la naturaleza no puede permitir que la madre gane ese partido; si la madre se queda con el oxígeno, su hijo muere. Así que hace trampas. El equipo del feto tiene más jugadores, y son todos profesionales. El feto tiene un tipo de hemoglobina especial, la hemoglobina fetal, que se engancha más fuerte al oxígeno que la hemoglobina normal. Y además tiene muchísimos glóbulos rojos, más (por mililitro) que su madre e incluso más que su padre (los varones adultos tienen más glóbulos rojos que las mujeres; pero el feto tiene todavía más).

El resultado es que, cuando nace, el feto tiene un montón de glóbulos rojos sobrantes. Rápidamente se destruyen no solo los que sobran, sino todos, porque ya no necesita hemoglobina fetal. Y al mismo tiempo se van fabricando los nuevos glóbulos rojos, con hemoglobina normal. La hemoglobina que se destruye se convierte en bilirrubina; por eso a los recién nacidos les sube un poco y se ponen ictéricos (amarillos). Entre el mes y los dos meses se alcanza el punto más bajo, cuando quedan pocos glóbulos rojos fetales pero aún no se han fabricado suficientes glóbulos normales, y el bebé tiene una anemia transitoria, la anemia fisiológica del lactante (fisiológico quiere decir que es normal, que no es ninguna enfermedad).

El hierro de aquellos glóbulos rojos sobrantes se almacena, y se va empleando poco a poco para fabricar nuevos glóbulos. Así que el gran problema es: ¿cuánto durarán los depósitos? Cuando el hierro almacenado se acabe, el poco hierro de la leche materna resultará insuficiente, y el bebé necesitará comer otros alimentos ricos en hierro.

Hace ya varias décadas se hicieron cuidadosos cálculos, y se llegó a la conclusión de que esos depósitos se pueden agotar entre los seis y los doce meses. Y eso coincide bastante bien con la realidad: a los seis meses se empiezan a ver algunos bebés con anemia, a los ocho meses algunos más, a los diez meses, más todavía... Basándose en aquellos datos se suele decir que «a partir de los seis meses, el hierro en la leche materna es insuficiente, y por lo tanto hay que introducir la alimentación complementaria». Pero, claro, eso es solo una simplificación muy exagerada. Sería más correcto decir: «A partir de los seis meses, algunos bebés pueden necesitar alimentación complementaria, mientras que otros tienen suficiente hierro solo con el pecho hasta los doce meses» (o puede que más). El problema es saber quién necesita hierro y quién no.

Esos cálculos se hicieron en una época en que era costumbre pinzar y cortar el cordón umbilical nada más nacer. Hoy sabemos que es mejor cortarlo unos minutos después, y que así disminuyen los casos de anemia al año de edad.

El posible déficit de hierro a partir de los seis meses es uno de los principales argumentos para iniciar la alimentación complementaria a esa edad.

Muchos niños de pecho se niegan en redondo a comer otras cosas hasta los ocho o diez meses, o más; y cuando digo en redondo quiero decir que ni una cucharada. Y otros muchos apenas comen tres o cuatro cucharadas, y aquí viene otro desacuerdo sobre la nomenclatura, porque cuando un niño come tres cucharadas, las madres suelen decir: «No come nada»; pero yo digo: «Sí que come».

Personalmente, creo que los niños que se niegan a comer papillas es porque ya tienen hierro suficiente, y que en el momento en que necesiten hierro (o cualquier otra cosa) ya espabilarán para comer. Así que los padres lo único que tienen que hacer es ofrecerles alimentos ricos en hierro, y pueden quedarse tranquilos, tanto si el niño se los toma como si no. Pero es solo una creencia, no conozco ningún estudio científico que lo demuestre.

Otros creen todo lo contrario: que el déficit de hierro les hace perder el apetito, y por eso no quieren papillas y les falta aún más hierro y entran en un círcu lo vicioso. Y en esa situación, los padres no deberían estar nada tranquilos. Pero es solo otra creencia; tampoco conozco ninguna prueba científica.

En cualquier caso, cuando un niño se niega a comer no se le puede obligar. No solo es contrario a la ética (no se puede obligar a comer a un ser humano), sino que es inútil. Decenas de miles de madres pasan horas intentando que sus hijos coman, y no consiguen nada. El consejo (tantas veces escuchado) de «no darle teta, y así cuando tenga hambre ya comerá otra cosa» es absurdo y aberrante: la leche materna es el mejor alimento que existe, y contiene cientos de ingredientes; no tiene ninguna lógica privar a su hijo de todos ellos solo para que tome un poco más de hierro.

Hay una opción mucho más sencilla. Si el niño rechaza todas las papillas y solo quiere pecho, y los padres o el pediatra están preocupados por la posibilidad de que le falte hierro, solo tienen que hacerle un análisis. Si está bien, todos tranquilos, puede seguir sin papillas. Y si de verdad le falta hierro, pues se le dan unas gotitas de hierro, y santas pascuas. Con pecho y hierro puede seguir sin papillas todo el tiempo que quiera.
 

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Fuente: "Comer, amar, mamar" de Carlos Gonzalez

7 comentarios:

  1. Y que hacemos, cuando ya pasa los dos años de edad y comer realmente poco, muchos dias no le doy el pecho y logro que coma pero pasan tantas horas que solo logra hacer dos comidas, y tiene una anemia leve según análisis, que debo hacer?

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    1. Tal como dice la nota, si hay anemia según análisis, necesita complementar con gotas de hierro. Le pediatra debería habérselas mandado. No puede depender de si quiere o no quiere comer, con las gotas te vas a la segura. Y te evitas forzarlo si no quiere comer (generando una mala relación que puede durar hasta adulto con la comida). Y también te evitas el no darle pecho para que coma algo con más hierro, privándolo de todos los beneficios que el pecho le otorga (no sólo nutritivos, sino también inmunológicos y psicológicos)

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  2. Mi hija se alimenta de solo pecho y el pediatra le mando 10 o 20 gotas de hierro sin realizar ningún tipo de análisis... solo tiene 3 meses nose si es correcto darselas o no

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    1. Muchos médicos tomaron la costumbre de darlo "por si acaso". Pero hoy se sabe que el exceso tampoco es bueno y puede hacerlos más propensos a agarrarse enfermedades estomacales. Antiguamente, cuando se puso "de moda" no amamantar (por ser mal visto), se daba a edades tempranos cuando los bebés tomaban solo leche de vaca hervida. Hoy en día, el bebé que no toma pecho toma leche de fórmula, que viene fortificada en hierro, y por lo tanto no suele ser necesario en bebés que han nacido a término. Menos a edades tan tempranas como los 3 meses. Las reservas comienzan a agotarse por lo general entre los 6 meses y el año, y por eso lo más común es que a los 6 el pediatra las de (nuevamente "por si acaso"), pero solo mientras el niño no coma bien otros alimentos ricos en hierro (como carnes rojas o legumbres). Si fue prematuro, entonces si que podría necesitarlas antes de los 6 meses (dependiendo de cuán prematuro).
      Si tu bebé nació a término, con buen peso, y en los ratos que está despierta no la notas somnolienta, yo no se las daría. Si a los 6 meses cuando comience con la alimentación complementaria no quiere comer, entonces podrías probar a darselas. Muchas veces a los niños que se las dan por si acaso, les vienen síntomas como estreñimiento o por el contrario diarrea. Es el cuerpo eliminando el exceso. Si quieres hacerlo totalmente a la segura, habría que hacerle un análisis de sangre para ver cómo está su hierro.
      Suerte ;)

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  3. Una consulta, mi hija tiene 1 año y 2 meses y el pediatra me dijo que le quitara el pecho de noche porque puede producirle anemia, es cierto? Ella se alimenta súper bien y aún toma leche materna, unas 15-20 oz en todo un día-noche

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    1. La anemia da por falta de hierro, por lo tanto sería imposible que le de por tomar pecho de noche. Las tomas nocturnas son las últimas que se dejan porque es normal en los niños despertar por la noche hasta los 4-6 años, y el pecho suele ser la forma más rápida de ayudarlos a volver a dormir (por lo tanto permiten que madre y bebé descancen mejor). Además, su estómago aún es pequeñito como para pasar toda la noche sin comer. Mientras durante el día consuma alimentos ricos en hierro, no tiene por qué darle anemia. Y si no comiera y le faltara, el hierro se suplementa en gotas (no se quita el pecho, y menos de noche que no se reemplazaría por nada)

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  4. Mi bebe nació prematura y le indicaron tomar hierro por anemia. La cuestión es que ahora aumentaron de 6 a 9 y veo que esta con muchos vómitos entonces considero suspender la toma de hierro. Ella solo se alimenta de lme. Que puedo hacer?

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